Hoy os vamos a enseñar como hacer una tarta de queso y caramelo, que esta muy rica y es muy facil y sencilla de hacer.
INGREDIENTES:
Para la tarta
- 20 galletas tipo maría (120g)
- 75g de mantequilla
- 500g de queso crema tipo philadelphia
- 500g de nata para montar o crema de leche para batir
- 80g de azúcar
- 6 hojas de gelatina neutra (o 10g de grenetina en polvo)
Para el caramelo
- 100g de azúcar + 2 cucharadas de agua
- 50ml de agua para echárselos al final
PASOS A SEGUIR:
1.-
Con las manos rompemos las galletas tipo maría, que pueden ser de otro
tipo si lo prefieres, y las metemos en una licuadora, picadora,
procesadora de alimentos o cualquier otro instrumento para triturar
alimentos que tengamos por casa. Después, trituramos bien la galleta
2.-
Una vez esté bien triturada ponemos la galleta triturada en un bol y le
añadimos la mantequilla a temperatura ambiente, para que se integre
mejor. Con la ayuda de un tenedor, la integramos con la galleta hasta
que quede como una arena húmeda
3.-
Ponemos esta mezcla en el fondo de un molde desmontable para tartas. Al
molde, previamente lo hemos untado bien con mantequilla, para que la
tarta nos se pegue a él. Con un vaso o una cuchara, aplastamos la mezcla
por toda la superficie del molde hasta que haya quedado uniformemente
por toda la superficie de éste. Es importante que no queden huecos
libres. Que sea capaz de retener bien la mezcla que echaremos después.
Una vez esté bien aplastado, metemos en la nevera mientras hacemos el
siguiente paso.
4.-
Preparamos lo que será la tarta en sí. En una olla ponemos la nata, el
queso crema tipo philadelphia (que puede ser de cualquier marca) la
gelatina neutra o grenetina y los 80g de azúcar. Calentamos a fuego
suave y mezclamos bien con una cuchara o varilla. No debe llegar a
hervir. De hecho, lo calentamos tan solo para poder integrar bien todos
los ingredientes y que no queden grupos.
5.-
Una vez estén bien integrados y sin grumos, lo ponemos sobre la base de
galletas, que ya estará algo fría de la nevera y más compacto. Después
devolvemos todo a la nevera durante un par de horitas. Hasta que la
tarta haya cuajado parcialemente (por su superficie)
6.-
Mientras la tarta reposa, preparamos el caramelo. En otra olla ponemos
los 100g de azúcar y las dos cucharadas de agua. Calentamos a fuego
suave
7.-
Cuando esté caliente y sin apartar del fuego (que lo tenemos suave),
removemos con mucha frecuencia. Removemos 5 segundos y dejamos de
remover otros 10. Así constantemente y con paciencia. Pasados los
minutos y poco a poco, el azúcar se irá tornando marrón.
8.- Cuando
haya obtenido un color dorado, echamos el agua. Échala caliente para
que el caramelo no cristalice. Y hazlo tan pronto tenga un color marron
intenso porque como lo dejes un poco más de tiempo, se quemará y ¡sabrá a
rayos fritos! De todas formas ¡JAMÁS pruebes esto en caliente porque el
caramelo líquido alcanza temperaturas superiores a los 150ºC!
9.-
Una vez hayas echado el agua, deja cocer un minuto más. No metas la
mano para remover ni nada porque los vapores que emanan también queman
mucho. Tan solo deja cocer un minuto más, después retira del fuego y pon
el caramelo en un cuenco que aguante bien el calor. Después deja que se
temple un poco ahí, a temperatura ambiente
10.-
Cuando la tarta de queso haya cuajado parcialmente, echa el caramelo
aún algo caliente (se echa más fácil estando algo caliente) en su
superficie. No eches demasiado, tan solo lo suficiente para que cubra
con una fina capa su superficie. Hecho esto devolvemos la tarta al molde
y la dejamos que repose toda la noche. ¡Al día siguiente ya tan solo
queda desmoldar!